Este principio, también llamado de indeterminación, fue formulado por Werner Karl Heisenberg en 1927 y postula que “es imposible  conocer con absoluta exactitud la posición y el impulso de una partícula existente en el núcleo de un átomo”, y que el error o incertidumbre cometido al determinar la posición de dicha partícula multiplicado por el error correspondiente al calcular su impulso conjugado, es igual o mayor que la constante de Planck, es decir:

A x · A p > h. 

    La idea de enunciar este principio surgió de los estudios realizados por Heisenberg sobre la localización de la llamada nube electrónica que rodea a los núcleos de átomos, tratando, al igual que antes lo hicieran Planck, Bohr, Sommenfeld y Pauli, de precisar la posición de las partículas que forman esta nube . Cada uno de los anteriores investigadores del problema aumentó el número de parámetros necesarios para el conocimiento de la localización de dichas partículas, llegándose,  con Heisenberg a la formulación de una nueva mecánica cuántica, que engloba dos teorias: la mecánica de matrices, del propio Heisenberg, que no supone realmente  un modelo atómico y cuyo desarrollo matemático es muy complejo, y la mecánica ondulatoria de Schrödinger que tiene mayor significado físico. 

    La mecánica ondulatoria, que engloba los principios enunciados por Heisenberg, parte del enunciado de la hipótesis de analogía De Broglie. Según esta hipótesis, así como en las ondas luminosas

    Hay que ver también corpúsculos de luz, los fotones, en la partículas materiales en movimiento alrededor del núcleo de un átomo, de han de considerar a su vez, necesariamente, ondas matriales asociadas a ellas, siendo la constante de Planck la magnitud que nos permite pasar de los parámetros corpusculares, energía e impulso, a los ondulatorios, frecuencia y longitud de ondas, mediante las ecuaciones E= hv y p= h/l establecidas en un principio. 

    Para la luz y extendidas en la misma forma para las partículas materiales. Esto es la longitud de onda que corresponde a las ondas asociadas de una partícula en movimiento es l = h/p, o sea l=h/mu.

    Este aserto vino a justificar el segundo principio de Bohr según el cual solo con posibles aquellas órbitas para  las cuales el momento angular del electrón es un múltiplo entero de: h/2r, ya que el tren de ondas asociado al electrón que se mueve en una órbita se extiende necesariamente por toda ella y, para que las ondas permanezcan constantemente en fase sin interferirse, la circunferencia de la órbita debe ser un múltiplo entero de la longitud de onda, es decir 2rr=n x h/(mu), que es lo mismo que mur= n x h/(2r), que es conforme con aquel principio. Posteriormente, Schrödinger consideró de las ondas materiales que acompañan y dirigen el movimiento del electrón, y estableció la ecuación general de propagación de estas ondas, sentando las bases de la mecánica ondulatoria, al expresar en dicha ecuación la posición del electrón en la forma probabilística, con lo cual el enunciado de Heixdndberg adquiría formulación precisa.

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